A la venta en Librería ACCM-CIRMA
San José, Costa Rica: Editorial Porvenir, CIRMA y Delegación Regional de Cooperación Técnica y Científica del Gobierno de Francia, 1997; segunda edición, La Antigua Guatemala: CIRMA, 2000. 402 págs. Fotografías, imágenes, mapas, cuadros e índice onomástico.
Q 110.00
Resumen
Este libro trata en detalle la evolución social, económica y política de Los Altos, región situada en el occidente de Guatemala, abarcando el período de1740 a 1850. A lo largo de estos años, según el autor, la región experimentó tranformaciones notables. Tras más de 200 años figurando como una región periférica del mercado interno colonial guatemalteco , Los Altos gradualmente devino, durante la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del XIX, en un importante centro económico, demográfico y político. A comienzos del periodo federal-republicano, bajo el liderazgo de una ambiciosa y emprendedora élite criollo-ladina, la región se enfrascó en una tenaz lucha por su autonomía político-administrativa en contra de Ciudad Guatemala, el tradicional centro de poder colonial. Dicho movimiento autonomista logró éxito efímero en 1838 y en 1848, cuando Los Altos alcanzó el estatus de sexto Estado de la Federación Centroamericana.
Luego de su violenta reincorporación a Guatemala por el caudillo oriental Rafael Carrera, Los Altos de Guatemala inició en 1850 una nueva etapa en su desarrollo socio-económico, bajo la dictadura conservadora. A partir de entonces, el grupo ladino dominante de la región, derrotado política y militarmente, centró sus empeños en sacar adelante un nuevo renglón económico, el café. Las crecidas ganancias que la exportación de café les proporcionó permitió a esta élite, en alianza con la población ladina, desempeñar un papel decisivo en la insurrección liberal de 1871. Esta vez su mira principal no fue simplemente la autonomía regional sino más bien acceder al control del aparato estatal a nivel nacional.
A partir de 1873, con el ascenso al poder del caudillo altense Justo Rufino Barrios, la élite occidental figuró notablemente en el proceso de imposición y consolidación de la estructura de dominación ladina, basada en el modelo de desarrollo capitalista dependiente y la subordinacion de la población indígena, que ha caracterizado a Guatemala hasta el presente.
El autor ofrece una detallada narrativa e incisivo análisis sobre este complejo y conflictivo proceso histórico apoyándose en una amplia base documental. Al mismo tiempo arroja nueva luz sobre la historia regional guatemalteca, campo de estudio que apenas comienza a desarrollarse. La obra constituye también una valiosa contribución a la historia política de Guatemala del siglo XIX, ya que, como señala el autor, “la creación de ese regionalismo, que conllevó la búsqueda de la autonomía administrativa de la región y la final constitución del Estado de Los Altos, se hizo por medios políticos” (pág. 9). El autor, a la vez, plantea sugestivas hipótesis concernientes al polémico tema de la construcción del estado-nación en Guatemala. Según Taracena, fue precisamente la élite cafetalera altense la que lideró dicho proceso a partir de 1873, logrando imponer su propio modelo de “patria ladina” sobre el resto del país. Lo que significa que, en gran medida, el origen de la actual estructura socio-política guatemalteca se remonta a ese enconado conflicto entre las regiones de Oriente y Occidente en contra del dominio de ciudad de Guatemala a lo largo del siglo XIX. El libro incluye, finalmente, un primer análisis sobre el papel de los pueblos Mayas altenses en el proceso de resistencia popular y desintegración del Estado de Los Altos, en alianza con su caudillo Rafael Carrera, así como acerca de los procesos que culminaron en la exclusión de la mayoría indígena del proyecto de nación guatemalteca de los liberales altenses.
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