miércoles, 10 de octubre de 2012

La tierra de nuestros antepasados: estudio de la herencia y la tenencia de la tierra en el altiplano de Guatemala

A la venta en Librería ACCM-CIRMA
Serie monográfica 8. La Antigua Guatemala: CIRMA y Plumsock Mesoamerican Studies, 1997. Traducción de C. Margarita Cruz Valladares. xxxii + 245 págs. Cuadros, figuras, gráficas y mapas. ISBN 0-910443-13-0.
Q110.00
Resumen

Éste es un estudio antropológico e histórico de Santa Eulalia, una comunidad maya de habla q’anjob’al, situada en la Sierra de los Cuchumatanes del altiplano occidental de Guatemala. Durante las décadas de 1970 y 1980, esta zona se vio afectada en alto grado por el conflicto armado de esa época. Davis concibió esta publicación como un aporte al proceso de reivindicación lingüística y cultural que caracteriza al movimiento panmaya actual. Pese a que las investigaciones de campo y de archivo se realizaron hace tres décadas, el volumen está basado en la tesis de doctorado en antropología social que el autor sustentó en 1970 en la Universidad de Harvard, muchos de los asuntos abordados continúan siendo en el presente de tan vital importancia como en el momento de su formulación, especialmente a raíz del tratado de paz de 1996. En particular, el trabajo arroja luz sobre dos cuestiones centrales en el acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas de 1995. La primera tiene que ver con los derechos de los indígenas a poseer las tierras de sus antepasados. La segunda se refiere a la relación entre los sistemas legales tradicionales indígenas que persisten hasta hoy en día y los procedimientos legales y judiciales a nivel nacional que afectan a dichas comunidades.
 
Uno de los argumentos principales de Davis es que los patrones mayas contemporáneos de tenencia de la tierra son el resultado de procesos históricos, especialmente los que se dieron en Guatemala durante el llamado período de reforma liberal (1870–1920). Se destaca en particular la legislación agraria liberal y el desarrollo de la caficultura como dos de los procesos de más relevancia durante este período. Los residentes de Santa Eulalia se refieren a este período como la época de la Ley de Títulos, durante la cual se inició la lucha por la preservación de las tierras ejidales en el marco de un régimen legal nacional basado en el concepto de propiedad privada y la creciente titulación de terrenos comunales a latifundistas ladinos. Al decir de Davis,“ el período de Reforma colocó los terrenos mayas dentro del dominio legal y político de la nación” (pág. 52).

Otro argumento importante es que, según Davis, en Santa Eulalia ha persistido hasta el presente una especie de estado de derecho dual o paralelo que combina elementos tradicionales propios de la cultura maya con principios legales vigentes a nivel nacional. Entre los habitantes de la comunidad, por ejemplo, prevalece hoy en día el concepto de la tierra como “regalo de los antepasados”, así como el uso de mecanismos de consenso para resolver pleitos de tierras y forjar acuerdos comunitarios o intrafamiliares. Davis opina que estas categorías y sistemas tradicionales funcionan como alternativas al sistema legal nacional.

Un tercer argumento se centra en los efectos ecológicos y socioeconómicos del crecimiento demográfico en Santa Eulalia. En opinión de Davis, las presiones demográficas han causado transformaciones en los sistemas de tenencia de la tierra, los métodos de producción y los patrones de migración. Conforme la población ha aumentado, el uso de la tierra se ha intensificado, especialmente con la introducción de fertilizantes químicos y la rotación de sembrados. Otra respuesta a la presión demográfica ha sido la migración a las fincas de café y algodón y otras tierras calientes aledañas en calidad de trabajadores temporales. Durante el tiempo del estudio ya se detectaba también el fenómeno de la migración laboral internacional, especialmente a México y los Estados Unidos, causada en gran parte por el estallido de la violencia política.

Davis concluye que el problema clave radica en la ineficacia del sistema jurídico-legal de Guatemala, “en especial desde el punto de vista de la justicia social”. Específicamente, cree que el sistema de registro de la propiedad necesita ser modernizado, pero sólo si dicha modernización está acompañada de una profunda reforma legislativa y judicial. “Esta reforma podría incluir aspectos tan fundamentales como el reconocimiento y la promoción de los derechos de las comunidades indígenas para emplear procedimientos legales consuetudinarios en la resolución de disputas por herencia y otras disputas contempladas en el código civil, el diseño de cursos de educación legal en idiomas mayas y entrenamiento sistemático de intérpretes, abogados y jueces de habla maya” (pág. xxiv).

El texto incluye una nueva introducción del autor y un epílogo del geógrafo W. George Lovell.

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